martes, febrero 20, 2007

Por qué "Salvados por la campana" es la mejor serie de la historia de la televisión


Siempre he pensado que en Saved by the Bell (Salvados por la campana en la versión española) podemos encontrar un microcosmos que ejemplifica las grandezas y miserias de la condición humana. La serie, en realidad, sólo duró tres temporadas (1989-1992) pero en España Antena 3 la estuvo repitiendo (¿siguen poniéndola todavía?) durante todos los sábados por la mañana de la última década. Lo que nunca supimos es que en Estados Unidos llegaron a emitir un spin-off de título Saved by the Bell: The College Years, en el que los mismos personajes iban a una universidad y la puercaza de Kelly Kapowski se lo montaba con un profesor de antropología en las mismas narices de Zach Morris. Parece ser que este guión erótico-académico no gustó demasiado porque la serie murió después del primer año de emisión.

A diferencia de series playeras de ínfima calidad (véase California Dreams, sin ir más lejos), Salvados por la campana ahondaba en las profundidades más trascendentes del ser humano, a través de diálogos con resonancias shakespearianas, estremecedoras interpretaciones por parte de unos grandes actores y mensajes morales dignos de un Sócrates o un San Francisco de Asís. Basta recordar ese capítulo en el que Zach Morris grababa un anuncio anti-drogas con un actor famoso para luego darse cuenta de que esta celebridad consumía hierba en sus fiestas privadas. Por supuesto, Zach rompió su amistad con el hombrecillo, en la más pura tradición de “hombre blanco ejemplifica valores morales en sociedad corrupta norteamericana”, un motivo fílmico llevado hasta el (nauseabundo) extremo en Training Day, cuando el santón de Ethan Hawke le quita la placa de policía al corrupto Denzel Washington, quien por supuesto sólo se preocupa en hacer tratos con negros e hispanos. “No mereces llevar esto”, proclama el pequeño gran hombre blanco, que además seguro que tiene la gran virtud de ser un estricto protestante.

Volviendo a Salvados por la campana, quiero analizar brevemente la trayectoria de varios de los actores que participaron en la serie. En sus biografías podemos vernos reflejados porque este grupito de jóvenes vinieron al mundo para vivir, gozar y sufrir por nosotros. Si cometieron errores, fue precisamente para hacernos ver el camino de la rectitud. Alabados sean:

- Mark-Paul Gosselaar (personaje de Zach Morris). Ligón, triunfador y, por encima de todo, rubio anglosajón (lo cachondo es que es hijo de padre holandés y madre indonesia). Después de Salvados por la campana, estuvo dando tumbos como actor de telefilmes, aunque pudo rehacerse y dejarnos perlas como Atomic Twister, película de serie b en la que un tornado amenaza con destruir una central nuclear. Sin duda, la heroica intervención de Gosselaar merece ser ya incluida en el panteón de héroes clásicos, junto a Ulises y Eneas.

- Tiffani-Amber Thiessen (Kelly Kapowski). Vulgar señorita que hacía de tía buena en la serie a pesar de las múltiples quejas de Arbusto. Para darle más belleza a la cosa, la chica era de extracción proletaria, por lo que nunca podía correrse juergas con los amigos porque, ya se sabe, tenía que comerse doble turnos en una hamburguesería de ésas con asientos amarillos. Después de la serie, no se puede decir que haya triunfado precisamente, ya que ha estado enlazando un fracaso televisivo con otro. En 1999, su novio David Strickland se suicidó después de ahorcarse con una sábana en un motel de Las Vegas.

- Mario López (AC Slater). El latino del grupo. Es decir: extrovertido y apasionado, juguetón y estúpido, y todo eso que sabemos de memoria. Se supone que era un gran practicante de lucha grecorromana (deporte con un tufo gay bastante fuerte, para qué negarlo) y nos contaban que su beca de la universidad dependía de su rendimiento deportivo, etc.

- Elizabeth Berkley (Jessica Spano). Inteligente, feminista (ergo frígida) y ambiciosa joven que soñaba con ir a Harvard, el personaje de Jessica Spano puede ser ya considerado como una de las cimas intelectuales de la teleseries noventeras. Esta vegana confesa decidió romper con su papel de gafotas nada más terminar Salvados por la campana, y no se le ocurrió mejor idea que despelotarse y ponerse a bailar sobre una barra en la tan injustamente vilipendiada Showgirls (1995). A pesar de las muchas críticas que recibió de la puritana sociedad norteamericana, la mujer siguió adelante haciendo teatro en Londres y Nueva York, y participando en La maldición del escorpión de Jade, dirigida por Woody Allen. Y qué decir de su obra maestra, Student Seduction, un espectacular telefilme en el que hace el papel de una maestra que prepara tutorías especiales para un alumno con problemas que, como gran hijoputa que es, luego la denuncia por acoso sexual. De manera totalmente injusta, Elizabeth Berkley se ve arrojada a un laberinto de injusticia que sólo puede ser comparado al absurdo trayecto que el personaje de K. sufre en El proceso de Kafka.

- Dustin Diamon (Samuel "Screech" Powers). Un tipo elegante, seductor y siempre incomprendido. En España le hicieron un doblaje vergonzoso que lo reducía a un personaje de chirigota, como hacen también al doblar con voz ridícula al hermano de Fraser. La gente se tomaba a coña todo lo que decía Screech Powers, sin darse cuenta de que una palabra suya bastaba para salvarnos. Harto de ser un marginado, en noviembre pasado se descolgó con un vídeo porno en el que se lo montaba sin pudor alguno con dos pibones (supuestamente, una novia y la dama de la novia en la noche de bodas). Y lo llamaban tonto...

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viernes, febrero 16, 2007

Un mal ciudadano que predica la islamofobia

He intentado (y creo que lo he conseguido) no hablar de ETA, del 11-M o de política nacional en los últimos días. En primer lugar, porque no he tenido tiempo para sentarme a escribir. En segundo lugar, y más importante, porque intento mantener cierta higiene mental que me libre de acabar siendo un capullo más. Pero no he podido resistirme a copiar el final de una noticia recién publicada, en la que se habla de un estudio que concluye que "el rechazo a los musulmanes es una realidad creciente en la Unión Europea y en España". Como a mí no me subvenciona ningún grupo político-mediático de estirpe pseudoprogresista (aunque por un módico precio, podría sentarme a hablar) he decidido incluir aquí los los ocho puntos que, según una ONG británica, definen al islamófobo actual. El perfil medio del islamófobo debería ser aquel que tenga estas convicciones (cito de la traducción en El Mundo):

1. Considera el islam como un bloque monolítico, estático y poco reactivo al cambio.

2. Considera el islam como diferente y "otro". No tiene valores comunes con las demás culturas, no se ve afectado por estas últimas ni influye en ellas.

3. El islam es considerado como inferior a Occidente. Se le percibe como bárbaro, irracional, primitivo y sexista.

4. El islam es considerado violento, agresivo, amenazador, propenso al terrorismo y al choque de civilizaciones.

5. El islam es considerado como una ideología política utilizada para adquirir ventajas políticas o militares.

6. Las críticas a Occidente formuladas por el islam son rechazadas de forma global.

7. La hostilidad con respecto al islam es utilizada para justificar prácticas discriminatorias hacia los musulmanes y la exclusión de los musulmanes de la sociedad dominante.

8. La hostilidad con respecto a los musulmanes es considerada natural y normal.

Interesante la cosa, ¿no? Por si alguien tiene complejos al suscribir algunos de estos puntos, vaya por delante que me adhiero sin pudor alguno a los apartados 1, 3, 4, 5 y 6. El 2 no lo entiendo muy bien y en cuanto al 7 y al 8 no los comparto porque llevan trampa incorporada. ¿Soy islamófobo? Ni lo sé ni me importa. O quizá sí lo sea, cosa que tampoco me molesta en absoluto. Que tengan un buen fin de semana, señores.

martes, febrero 13, 2007

Diagnóstico: lumbago

El sábado pasado me fui de juerga. Sí, ya sé que esto no es nada interesante a primera vista, pero es que desde que aterricé en Kabul hace casi dos años apenas me había prodigado en este tipo de bolos. Lo más grave del asunto fue presenciar mi estrepitoso declive físico: nunca antes me había dado un ataque de lumbago en mitad de una fiesta. Me había mareado, tropezado y otras cosas peores, pero nunca eso de quedarme más inclinado que la madre del Rey.

El caso es que el sábado llegó el tío Paco con las rebajas. En mi momento de euforia fiestera (que normalmente se registra en la franja horaria de las 3 a las 4 de la madrugada) intenté perpetrar algún tipo de movimiento de cuya naturaleza no quiero acordarme al ritmo de una más que dudosa canción de salsa. En realidad, mi exhibición físico-gestual era una coña encubierta hacia los propietarios de la casa en cuestión, que habían estado machacando toda la puta noche con música caliente de esa que se supone que gusta a todos los hispanohablantes. Así que allí estaba yo, después de superar el doble dígito en mi cuenta de pelotazos de Jack Daniel’s (algún incauto llevó una botella), dispuesto a reírme de la peña mientras gritaba (¿berreaba?) “¡Qué latino, qué latino!”. Lamentablemente, después del primer golpe de cadera tuve que hacer mutis por el foro para, una vez alcanzado el pasillo, hacer una evaluación de los daños. Diagnóstico: lumbago. Así que tuve que pasar el resto de la fiesta en un discreto segundo plano (o eso creía, hasta que Copycat me recordó algunos de mis amables comentarios en el tramo final de la convención) mientras daba viajes a la cocina para rellenar mi vaso de güisqui al más puro estilo Chiquito de la Calzada. Hoy, tres días después de la cosa, sigo aquejado de una movilidad más que reducida. Si esto sigue así, tendré que ir al médico de mi pueblo para ver si me ayuda a conseguir una paguica del Estado de esas que tanto se estilan por allí, como creo que ya conté en un post anterior.

Hay quien me ha recomendado ir al quironosequé, pero me niego en redondo a esas cosas. Por ahora intento mejorar con dos cremas que mis amables vecinos rumanos me trajeron el domingo, dos ungüentos de dudosa procedencia que según ellos no huelen al echarlos en la espalda. Pues menos mal que no olían, digo yo, porque la cosa apesta a perros muertos y encima me abrasa mi delicada y bella piel. Claro que también es culpa mía eso de confiar mi recuperación a la industria farmacéutica de los Cárpatos, que nunca destacó precisamente por sus avances tecnológicos...

viernes, febrero 09, 2007

Comentario muy breve ahora que ya es viernes por la tarde

Esto es lo que sucede cuando te pasas de listo. ¿No querías ser radical? Pues ahí lo tienes, amigo.

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miércoles, febrero 07, 2007

Por qué he estado ausente tanto tiempo

Alguno se preguntará en qué turbio asunto he estado ocupado para haber estado más de una semana sin actualizar el blog. El motivo de mi ausencia de la red no ha sido una súbita una conversión al budismo, a la cienciología o al movimiento raeliano, sino algo mucho más simple: estrecheces económicas. Me explico.

La semana pasada, un buen amigo mío me invitó (es decir, invitó a la dupla Arbusto & Copycat) a su boda, que tendrá lugar el día 1 de junio. Considerando que a finales de mayo tenemos una cita ineludible con otros amigos que pasan por la vicaría, de todo ello se deduce que en poco más de tres meses tendré que aflojar una considerable suma de dinero en concepto de regalos varios, vestimenta y, por supuesto, el billete de avión Kabul-Madrid. Con este panorama, y visto que mis ingresos son en el mejor de los casos intermitentes, me he pasado los últimos poniendo en marcha diferentes negocios para poder superar tan complicada coyuntura económica. Así que he lanzado diferentes iniciativas para intentar recaudar algún dinero de las siempre desprendidas gentes afganas:

- Lectura en la plaza pública de Kabul de poemas selectos de Lucía Etxeberría.

- Publicación, en tapa dura, de los mejores ensayos y discursos de Pepiño Blanco bajo el título de Pensamiento político en la España del siglo XXI. No está descartada una edición en tapa blanda si el público responde a tan estimulante proyecto intelectual.

- Emisión en directo, vía satélite, de la manifestación derechista de cada sábado por la tarde en la Puerta del Sol. Título del programa: Tu bandera, tu pancarta y tu morral: este sábado, a tope con la Cope.

- Venta del DVD Los mejores momentos de Ramoncín, con sus mejores intervenciones en Crónicas Marcianas y el reciente cameo en la serie Los Serrano. Y como regalo de promoción, su concierto en el Viña Rock del año pasado.

De momento, para qué negarlo, no he sacado más que alguna moneda de escaso valor. Pero ya se sabe que toda empresa requiere una inversión inicial que luego requiere de un tiempo para ser amortizada. Yo, de momento, no pierdo la esperanza de dar el pelotazo.

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