Revista de prensa semanal
Dice ZP que, haga lo que haga, el PP lo va a criticar. Y tiene razón nuestro presidente del gobierno: si defiende a Aznar, mal; si no lo defiende, mal también. El caso es que el ventilador siga salpicando porquería, nuestro deporte nacional.
Por cierto, que me llama mucho la atención que, entre 2005 y 2006, el número de divorcios entre matrimonios de menos de un año de duración haya aumentado un 330%. Esto no hace sino confirmar un hecho que vengo constatando desde hace un tiempo: los españoles somos eternamente jóvenes (o, más bien, eternamente caprichosos e inmaduros) y todo lo que no sea comer la comida de mamá, vestir la ropa planchada por mamá y cagar en el váter limpiado por mamá pues parece como que no gusta. Vamos, que no me extraña que las parejas se rompan, porque si nunca has compartido nada (¿qué mejor que dedicar todo el tiempo a uno mismo?) pues tampoco lo van a hacer después de unirse por la gracia de Dios, o por la gracia del concejal que te casa en el juzgado.
Sé de casos en los que la pareja casadera no se ha conformado con un viaje de luna de miel, sino que hace doble luna de miel por aquello de que los vecinos se enteren de quienes son los que tienen (o aparentan tener) la pasta. Y pasa lo que pasa: que después del viaje, de jugar un poco a las casitas y de las primera broncas, pues matrimonio a tomar por el culo. Como digo, hay mucho cafre suelto. Copycat y servidor, en cambio, representamos el lado más cuerdo de esta caprichosa sociedad: hace ya cuatro años que un bujarra nos “casó” en un registro de la Gran Vía, un martes a las nueve de la mañana, con tres amigos como testigos. Después nos fuimos a celebrarlo con un café y una cookie en un Starbucks (la zorra que nos atendió dejó a Copycat sin galleta, por cierto) y hasta hoy seguimos felices y sanotes. Hay quien tiene clase y quien carece de ella, y eso no se adquiere a golpe de talonario.