El Fary (tributo arbustiano)

El primer recuerdo que me viene a la mente no es el de esas canciones que todos conocemos, sino el personaje que él interpretaba en una serie autobiográfica (“Menudo es mi padre”, si no me falla la memoria) de principios o mitad de los noventa. La cosa se emitía en Antena 3 y El Fary hacía de taxista en honor a sus años de juventud, aunque se pasaba más tiempo vagueando en la casa que llevando el volante por las calles de Madrid. Era tan vago el tío que una vez mi padre me obligó a cambiar de canal porque decía que daba “un mal ejemplo”, creo que en un capítulo en el que El Fary se quedaba en cama y no iba a currar porque el postre le había sentado mal (o al menos ésa era su excusa). A pesar de la censura paterna yo seguí viendo la serie semana tras semana, y de aquellos polvos vienen estos lodos, etc.
Lo que nunca perdonaré a este prohombre ibérico es el haber lanzado al estrellato a la infame Melody, cuyo Baile del gorila estuvo machacando nuestro ya de por sí debilitado cerebro durante un verano del cual no quiero acordarme. En cambio, le absuelvo por haber producido los discos de su hijo, Javi Cantero, a pesar de que canciones como Y cuanto más acelero constituyeron hits de más que dudoso gusto. Peores cosas he visto en los últimos años que los discos de Javi Cantero, y si no que se lo preguntan al idiota de El canto del loco que, por lo que me cuentan, ahora se ha metido a actor en una serie de policías o de bomberos, qué más da.
Leeremos a Joyce y Kafka, veremos películas de Woody Allen, pero cuando acabe esta breve burla que todos representamos sobre un escenario de ruido y furia lo único que nos quedará será el recuerdo de El Fary cantando Torito bravo.
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