lunes, agosto 28, 2006

Un superhéroe comunista


Mark Millar parece ser un conocido dibujante de cómics (digo “parece ser” porque no entiendo mucho del tema). He encontrado en internet uno de sus últimos trabajos, una colección de tres libros en los que se presenta la historia de Superman: Red Son, un superhéroe que defiende el comunismo por el mundo. El autor del cómic comenzó a imaginarse la historia de un Supermán soviético cuando leyó, con seis años de edad, el Superman 300: la historia de un cohete que llegaba, con un bebé dentro (que es, evidentemente, Supermán) a aguas neutrales. Millar se imagina lo que habría pasado si la URSS se hubiera hecho con el pequeño enviado de Kripton y lo hubiera adoctrinado en una granja de Ucrania.

Cuenta Millar que siempre vio a su padre muy implicado con la clase obrera y que, como el hombre defendía el comunismo en su pequeño pueblo de Escocia, el pequeño Millar comenzó a dibujar la serie Superman: Red Son para satisfacer a su progenitor. Dice el autor de la serie: “Si Supermán defiende la Verdad, la Justicia y el American Way of Life, mi héroe lucha en nombre de Stalin, de la Internacional Socialista y del glorioso Plan Quinquenal”. Después de varias años de trabajo, y con la ayudante de otro dibujante, Millar pudo terminar el proyecto. Éstas son sus palabras sobre Superman: Red Son, un libro terminado en 2003, casi 15 años después del colapso del bloque soviético:

No quería reírme del comunismo porque me parece algo demasiado fácil. Lo que he tratado de conseguir es algo más shakesperiano: la historia de alguien que quiere hacer lo que cree justo y que al final acaba cometiendo grandes errores. El cómic es una historia del colapso de la Unión Soviética, por supuesto, pero como sucede en la mejor ciencia ficción lo que propongo es una alegoría del mundo en el que vivimos (…) Es una historia sobre imperios y el hecho irremediable de que estas estructuras monolíticas están condenadas a extinguirse desde el momento de su fundación.

Creo que Superman: Red Son puede estar bastante bien. Si alguien se lo pilla y me lo quiere enviar después de leerlo, le pasaré mi dirección en Kabul sin ningún problema.

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1 Comments:

At 12:22 a. m., Blogger Hans said...

Tsk, esa mención de Vladivostok en este contexto afecta a mi sensibilidad. Por supuesto, buscaré el producto, porque promete. :-D

 

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