Servicios de atención al cliente
Espectacular lo que vi ayer en el supermercado. Después de aquello, me convencí de que ya es hora de poner en marcha un verdadero proyecto de regeneración moral e intelectual en este nuestro podrido país. Como hay que empezar desde abajo, propongo como primera medida algo que tuve la suerte de contemplar: atención personalizada para los ciegos, un colectivo que siempre merece ayuda. ¿Cómo es este nuevo servicio de atención al cliente?
La cosa consiste en que, nada más llegar al súper con su perro, el invidente llama al encargado. Viene éste y, todo amable, le saca un folleto con las ofertas de la semana. La conversación, por lo que pude cotillear, discurrió en los siguientes términos:
- ¿Qué carnes hay en oferta?
- Pues las chuletas de cerdo están bastante bien (a XXX euros el kilo). Y el pollo está saliendo por XXX euros.
- Umm, muy bien. ¿Y comida precocinada?
- Bueno, pues ahora tenemos... a ver... sí, aquí está, menestra de un kilo a XXX euros.
(la conversación se extendió varios minutos. Molaba las cara que ponía el ciego cuando escuchaba los precios, del estilo “pues no está nada mal”, “bah, eso no”, “¡menuda oferta”)
La cosa consiste en que, nada más llegar al súper con su perro, el invidente llama al encargado. Viene éste y, todo amable, le saca un folleto con las ofertas de la semana. La conversación, por lo que pude cotillear, discurrió en los siguientes términos:
- ¿Qué carnes hay en oferta?
- Pues las chuletas de cerdo están bastante bien (a XXX euros el kilo). Y el pollo está saliendo por XXX euros.
- Umm, muy bien. ¿Y comida precocinada?
- Bueno, pues ahora tenemos... a ver... sí, aquí está, menestra de un kilo a XXX euros.
(la conversación se extendió varios minutos. Molaba las cara que ponía el ciego cuando escuchaba los precios, del estilo “pues no está nada mal”, “bah, eso no”, “¡menuda oferta”)
Creo sinceramente que la ONCE debería destinar una partida presupuestaria a la formación de cajeros de supermercados especializados en leer folletos a invidentes. Por supuesto, el diez por ciento de la pasta total debería ir a parar a mi cuenta bancaria en Kabul, en concepto de ideólogo de la cosa.
6 Comments:
que impriman los folletos de promoción y ofertas en Braille. Algunos deben salirse: el del MediaMarkt debe ser cojonudo y el del Leroy tambien.
Cojonudo, ciertamente, sería el del Leroy: Motosierra, 154 EUR, con el subtexto: "complemente V. su invidencia con otra minusvalía con bajo coste: córtese la pierna V. mismo" Todo en braille.
Herr Hans, ha convertido una amable propuesta de Nuria & Jose en una desgarradora (nunca mejor dicho) versión veraniega de "La matanza de Texas". ¿Será el calor, serán sus lecturas estivales?
En cualquier caso, rechazo de pleno el tema "folleto en braille" y propongo firmemente la figura del cajero / pregonero de supermercado.
Arbusto: como siempre acierta V. ¿Qué cabía esperar después de Bret Easton Ellis e irving Welsh en rápida sucesión, aderezado por mi cabreo con las Españas en general, concretamente su gobernación, y muy específicamente Pere Navarro (a quien Dios confunda)?
Me parece sensato, claro, que postules lo del vocero de ofertas para invidentes patrocinado por la ONCE, en demérito del folleto en braille, y ello con objeto de allegar un prudente royalty del 10% a tus cuentas en Kabul
Herr Hans: leí en tu blog que habías comprado la novela "Porno", de Irvine Welsh, y me pareció una elección más que dudosa - pero no consideré adecuado decirlo entonces. Aunque no sé de qué va la historia, creo que es evidente que el autor está viviendo descaradamente de las rentas de "Trainspotting" (algo que yo también haría, para qué negarlo).
Sí quiero mencionar un comentario que Welsh hizo cuando vino a presentar la novela en España: "Mis amigos y yo hemos llegado a los 40 años, pero no sé por qué cojones se empeñan a estas alturas en intentar vivir como adolescentes. Todos se han divorciado y ahora me proponen hacer las típicas tonterías de cuando tienes 20 años. Me parece patético".
Veamos. Porno es lo que técnicamente podríamos definir como una puta mierda.
Es una especie de segunda parte de Trainspotting: mismas maneras del autor; mismos protagonistas, una cantidad parecida de violencia, una cuarta menos de drogas, y una argumento flojillo. Perfectamente prescindible. Naturalmente, querido Arbusto, siéntase Vd. libre de decir lo que le acomode en cuanto mis adquisiciones librarias; tenga por seguro que tendré en consideración su criterio.
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