La canción del verano
La pregunta es muy sencilla: ¿cuál es la canción del verano? Siempre me ha fascinado (horrorizado) el fenómeno sociológico que consiste en que, por el simple hecho de ser verano, la gente baja el listón de exigencia musical (ya bajo de por sí, todo hay que decirlo). Hay discos que aparecen en abril y nadie les presta atención, pero según avanza la primavera empiezan a frecuentar sospechosamente las radios estilo 40 principales. A lo largo de los años, he podido desarrollar un criterio infalible para descubrir cuál será la canción del verano: si a finales de mayo el artista es invitado al programa de María Teresa Campos, en la franja horaria de 1 a 2 de la tarde, entonces tiene todos los números para ser la estrella estival.
Por suerte, María Teresa Campos no tiene programa de televisión. La gente se ha cansado de su marujeo aderezado con un forzado acento malagueño, de su teatrillo con Paco Valladares y Rociíto, de su tertulia progre que sólo tenía sentido cuando el PP estaba en el poder. Al faltarme la Campos no he podido recurrir al habitual termómetro musical, así que estoy un poco perdido en lo que al tema se refiere. Mis únicos candidatos al dudoso honor de ser “la canción del verano” son:
- Shakira. Supongo que su “Hips Don’t Lie” (en español, “Jips Don Lai”) será la canción del verano, al menos en la vertiente oficial del concurso. La cosa no tiene mucho mérito porque cualquier bazofia con ritmo de reggaetón funciona hoy en día y, además, ningún artista latinoamericano de renombre está compitiendo este año por el título (Juanes lo ganó el año pasado con la camisa negra, homenaje encubierto a los fascios de Mussolini).
- El Koala. Parece que la canción del opá y el corral suena bastante en los últimos meses. Se trata de la enésima combinación “estupidez + gracejo gaditano”, una fórmula que sigue cautivando al pueblo de las Españas (dejando aparte las autodenominadas comunidades históricas, como si tuvieran más historia que otras regiones: recordad lo que dijo Jiménez de Parga sobre el Reino de Granada y Cataluña). Creo que el puto koala se merece ser el triunfador del verano, debido a su absoluta falta de escrúpulos para ejemplificar la vulgaridad intrínseca a tan dudoso galardón (su lema podría ser: “sin complejos y más allá”. La canción de marras fue promocionada como el himno de la selección española en el pasado Mundial, aunque ya sabemos que tuvo el mismo efecto talismán que salir al campo de fútbol con un colgante de pata de conejo.
Pues aquí me quedo, amigos: nada de Top 5 de canciones de verano. No conozco más candidatos y me resulta imposible seguir. Lo cierto es que no sé nada de los triunfitos (¿ha grabado disco el niño ese que pesaba 40 kilos, que ganó la última edición?) y, aunque creo que El canto del loco está por ahí jodiendo la marrana como siempre, de momento he conseguido mantenerme ajeno a su enésima mierda radiofónica. Si alguien sabe algún título más, sus comentarios serán bienvenidos en chez Arbusto. Yo me paro aquí.
Por suerte, María Teresa Campos no tiene programa de televisión. La gente se ha cansado de su marujeo aderezado con un forzado acento malagueño, de su teatrillo con Paco Valladares y Rociíto, de su tertulia progre que sólo tenía sentido cuando el PP estaba en el poder. Al faltarme la Campos no he podido recurrir al habitual termómetro musical, así que estoy un poco perdido en lo que al tema se refiere. Mis únicos candidatos al dudoso honor de ser “la canción del verano” son:
- Shakira. Supongo que su “Hips Don’t Lie” (en español, “Jips Don Lai”) será la canción del verano, al menos en la vertiente oficial del concurso. La cosa no tiene mucho mérito porque cualquier bazofia con ritmo de reggaetón funciona hoy en día y, además, ningún artista latinoamericano de renombre está compitiendo este año por el título (Juanes lo ganó el año pasado con la camisa negra, homenaje encubierto a los fascios de Mussolini).
- El Koala. Parece que la canción del opá y el corral suena bastante en los últimos meses. Se trata de la enésima combinación “estupidez + gracejo gaditano”, una fórmula que sigue cautivando al pueblo de las Españas (dejando aparte las autodenominadas comunidades históricas, como si tuvieran más historia que otras regiones: recordad lo que dijo Jiménez de Parga sobre el Reino de Granada y Cataluña). Creo que el puto koala se merece ser el triunfador del verano, debido a su absoluta falta de escrúpulos para ejemplificar la vulgaridad intrínseca a tan dudoso galardón (su lema podría ser: “sin complejos y más allá”. La canción de marras fue promocionada como el himno de la selección española en el pasado Mundial, aunque ya sabemos que tuvo el mismo efecto talismán que salir al campo de fútbol con un colgante de pata de conejo.
Pues aquí me quedo, amigos: nada de Top 5 de canciones de verano. No conozco más candidatos y me resulta imposible seguir. Lo cierto es que no sé nada de los triunfitos (¿ha grabado disco el niño ese que pesaba 40 kilos, que ganó la última edición?) y, aunque creo que El canto del loco está por ahí jodiendo la marrana como siempre, de momento he conseguido mantenerme ajeno a su enésima mierda radiofónica. Si alguien sabe algún título más, sus comentarios serán bienvenidos en chez Arbusto. Yo me paro aquí.
6 Comments:
Qué opina Arbuxto sobre esto?
http://www.escolar.net/MT/archives/2006/07/el_senorito_ant.html
Antonio Burgos nunca fue de mi devoción. Estoy convencido (aunque esto sonará mal a muchos) que es el típico periodista que aumenta su caché gracias a que fue objetivo (o supuesto objetivo) de ETA durante un tiempo. En cualquier caso, ya odiaba a Burgos desde que hace unos años describió a la Institución de Libre Enseñanza como "masones tristes". Inaceptable.
Dicho lo dicho, coincido en su mayor parte con lo que dice. Supongo que ha exagerado mucho la situación, pero aún así está claro el percal. El tal Manuel Rico (a.k.a. periodista incendiario) me parece un gañán con retórica soviética, algo que se me antoja un tanto desfasado. Desconoce el señor Rico que todas las familias subvencionadas por la Junta tienen, además, unos buenos ingresos de dinero negro. He ahí la cuestión: oficialmente son "pobres" y luego tienen más pasta que cualquiera de nosotros. Está claro que los BMW no se compran con ayudas de 500 euros mensuales, si es que es verdad lo que cuenta el capullo de Burgos.
En cualquier caso, las subvenciones de Chaves no se limitan a clases supuestamente bajas. Conozco casos de profesores universitarios que reciben subvenciones para comprar ordenadores. Vamos a ver, ¿no son las becas para los necesitados? Un modelo socialdemócrata no contempla ayudas para las clases altas (bastante dinero tienen ya) pero es evidente que en Chaves-Land los servilismos políticos (¿qué mejor sitio para propagar ideología que la universidad?) siempre son bien premiados por la Junta.
Me has tirado de la lengua, puto eljorje.
http://www.escolar.net/MT/archives/2006/07/el_senorito_ant.html#comments
Tu lo que pasa es que reniegas de tu nacionalidad andaluza.
oh, olvidaba que Andalucía ya es Nación, gracias a la reciente iniciativa parlamentaria de Mr. Chaves. Supongo que España acabará siendo un conglomerado de 17 naciones, a no ser que Cataluña y Euskadi pisen el acelerador y se independicen antes de que el resto de comunidades autónomas desarrollen sus nuevos estatutos.
La mejor nación es mi madriguera, de eso no hay duda. Muerto el proyecto del esperanto, el idioma arbustiano debería ser lengua universal.
Arbusto es un almeriense de la línea dura: ya estaba en contra de la declaración de nacionalidad histórica, así que ahora con lo de nación se tira de los pelos. Es pro Vania Millán y sólo se diferencia de sus paisanos en que él sí estaba en contra de Barrionuevo.
Ah, y Manuel Rico es (creo) el hijo de Lolo Rico y ex guionista de La Bola de Cristal, así que un respeto, insectos.
Manuel Rico creo que fue (no sé si será) profesor de Filosofía en la Complutense. Montó un pollo muy gordo con Albiac (Gabriel, no Fidel, claro)al que tuve acceso gracias a unos e-mails que alguien me envió gentilmente.
Vamos, que igual me equivoco, pero si sé que el tipo de Filosofía había sido ex guionista de La Bola de Cristal.
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