"Lo que tiene que hacer es morirse"
“Lo que tiene que hacer es morirse”. Eso le comenté el otro día a Copycat cuando salió la noticia del 80 cumpleaños de Fidel Castro, y ahora veo que con un poco de suerte caerá finalmente la breva, una breva más podrida que madura. Si no me equivoco, fue Loyola de Palacio quien dijo hace un año o dos eso de que Fidel podría morirse y dejar de joder la marrana, y desde entonces he convertido estas palabras en una de mis citas de cabecera.
Desde mi madriguera, espero sinceramente que Fidel reviente de una vez (muerte agónica, por favor). Los progres occidentales lo defienden y lo justifican, porque ya se sabe que se mide con distinto rasero una dictadura de izquierdas de una de derechas. Últimamente Cuba ha tenido muy buenas relaciones con Irán, país ultrademocrático que niega el holocausto y camina hacia la bomba nuclear. A estas alturas, ya nos sabemos de memoria la doctrina oficial en las Españas: cuando se trata de dictadura de derechas, todo está mal; cuando es de izquierdas, se defienden los fines y se ignoran los medios. Belén Gopegui, una de las escritores con mejor cartel en la actualidad, publicó en 2004 El lado frío de la almohada, el enésimo libro apologético del comunismo cubano. No sé qué se puede esperar de alguien que, como ella, confesó en la promoción del libro que sólo había estado en Cuba dos veces de turismo. Luego tenemos a la tropa de cineastas que, como Almodóvar, lamen el culo a Estados Unidos con homenajes en sus películas a Tennessee Williams y Truman Capote y luego se van a Cuba a disfrutar unos días de la prostitución local (por cierto, ¿dijo algo contra la guerra Almodóvar cuando recogió el último Óscar? No).
A lo que iba: si otros justifican la dictadura, yo sólo espero que el dinosaurio se muera. Ya sé eso de que “no hay que alegrarse con la muerte de nadie, bláblá”, pero en mi madriguera la cosa está muy clara: tirano bueno, tirano muerto.
¿Y George W. Bush? ¿Y lo que hace Estados Unidos? ¿Y qué pasa con Israel? Que sí, que sí, que habrá muchas otras cosas malas en este pestilente mundo… pero entre Estados Unidos y Cuba, pues prefiero lo primero. Esta es la verdad. Tan sencilla como dolorosa.
Desde mi madriguera, espero sinceramente que Fidel reviente de una vez (muerte agónica, por favor). Los progres occidentales lo defienden y lo justifican, porque ya se sabe que se mide con distinto rasero una dictadura de izquierdas de una de derechas. Últimamente Cuba ha tenido muy buenas relaciones con Irán, país ultrademocrático que niega el holocausto y camina hacia la bomba nuclear. A estas alturas, ya nos sabemos de memoria la doctrina oficial en las Españas: cuando se trata de dictadura de derechas, todo está mal; cuando es de izquierdas, se defienden los fines y se ignoran los medios. Belén Gopegui, una de las escritores con mejor cartel en la actualidad, publicó en 2004 El lado frío de la almohada, el enésimo libro apologético del comunismo cubano. No sé qué se puede esperar de alguien que, como ella, confesó en la promoción del libro que sólo había estado en Cuba dos veces de turismo. Luego tenemos a la tropa de cineastas que, como Almodóvar, lamen el culo a Estados Unidos con homenajes en sus películas a Tennessee Williams y Truman Capote y luego se van a Cuba a disfrutar unos días de la prostitución local (por cierto, ¿dijo algo contra la guerra Almodóvar cuando recogió el último Óscar? No).
A lo que iba: si otros justifican la dictadura, yo sólo espero que el dinosaurio se muera. Ya sé eso de que “no hay que alegrarse con la muerte de nadie, bláblá”, pero en mi madriguera la cosa está muy clara: tirano bueno, tirano muerto.
¿Y George W. Bush? ¿Y lo que hace Estados Unidos? ¿Y qué pasa con Israel? Que sí, que sí, que habrá muchas otras cosas malas en este pestilente mundo… pero entre Estados Unidos y Cuba, pues prefiero lo primero. Esta es la verdad. Tan sencilla como dolorosa.
3 Comments:
No comparto tus deseos. Demasiada propaganda comunista en la infancia y adolescencia desde mi círculo más cercano. Además, siempre me dan pena los viejales. Pero como ahora que soy mayor me he metido en una espiral más bien del otro bando, bueno, pues no sé qué pensar.
En fin, sea bueno, malo o regular Fidel, sólo tengo clara una cosa: la gente dice que hay que ir a Cuba antes de que casque. Pues yo no pienso ir hasta que eso ocurra. Con la suerte que tengo, la diña cuando esté yo allí y ya tengo el pollo laboral organizado.
Acertado de la cruz al punto. No sólo lo de que semejante cabrón casque de una vez, si no el doble rasero de la estupiprogresía al uso, en todo occidente y sobre todo en España, cuna de las mayores idioteces al respecto, btw. Te estás librando dee la que está cayendo en España, my friend: la idoidemagogia está llegando a sus más altas cotas. Da mucho asco y mucha pena lo de la Memoria (¿?) histórica. La última de todas, la Señora Directora de la Biblioteca Nacional, de la que no me extrañaría nada que dentro de poco se ponga a quemar , muy à la KristallNacht-style, en la puerta de la Institución cualquier libro escrito por cualquier persona vinculada aún remotamente a cualquier ubicación ideológica a la derecha del pecé. Dios, qué basura de situación.
españa se rompe, señores!
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