miércoles, marzo 15, 2006

Arbusto y la religión católica

Hace unos días escribía sobre la polémica del “kirpan”, esa faca de 19 centímetros que los alumnos de pertenencia “sij” se empeñan en llevar a clase. De hecho, ya han conseguido que el Tribunal Supremo de este país en donde vivo les garantice el derecho a “mantener su identidad”. Tranquilos: el de hoy no será mi enésimo texto contra el relativismo cultural. O quizá sí lo sea, según como se mire. De lo que quiero hablar es de la necesidad de no tomar al pie de la letra los mandatos religiosos. Y, como es muy fácil hablar sin hacer nada, quiero ofrecer unos ejemplos tomados de mi propia biografía.

Nací en un país católico y fui educado en una cultura católica (“cultura” no es igual que “religión”, mucho ojito). Negar esta formación católica no sería sino un claro ejercicio de anorexia intelectual. Pero una cosa es reconocer que mi cultura es católica y otra practicar los dogmas de la Iglesia. Esta es la historia de la vida, católica pero no creyente, de Arbusto el guerrero:

- Bautismo. Como es normal, no me acuerdo demasiado de todo aquello. Sí sé que hay un vídeo en Súper 8 en algún cajón de la casa de mis padres. Según me cuentan, lo mejor de la celebración fue el puro que mi tío Nono me puso en la boca. De momento, he conseguido que ese vídeo no sea transformado en formato digital, y seguiré luchando para que historia no salga a la luz pública.

- Comunión. Sólo tengo traumas de aquello: una mierda de regalos. Lo único que saqué fueron como cuatro o cinco juegos de compás (¿era la moda en los tardíos ochenta?) que luego utilicé diligentemente en las clases de Dibujo Técnico. Y poco más regalos: estuches de rotuladores “Universal” y mucho lápiz “Alpino”. Ni una mísera cámara de fotos ni un asqueroso walkman. Y en cuanto a dinero, tampoco me dieron demasiado.

- Confesión. Sólo me he confesado una vez en mi vida (era obligatorio para hacer la Comunión). Tampoco fue nada especial: con ocho o nueve años, sólo dije obviedades. Ahora veo esa típica escena de película en la que el cura pregunta “¿te tocas?” o “¿has tenido deseos impuros?” y me doy cuenta de lo lejos que me quedaba todo eso cuando estaba en cuarto de E.G.B. Supongo que si te confiesas con quince tacos, la cosa es distinta.

- Confirmación. Eh, colegas, no os paséis. A esa edad, Arbusto ya tenía juicio propio y no tenía que cumplir con nadie. Así que no me confirmé, obviously.

- Matrimonio. La boda no ha llegado y, de momento, no llegará. Aunque para la embajada ya tengo el estatuto de hombre casado, ya que me aceptaron los papeles del Registro de Parejas de Hecho de la Comunidad de Madrid (esas extravagancias progres con las que Gallardón se descuelga de vez en cuando). ¿Qué puedo contar de esta “boda laica”? Poca cosa. Fue a las 9 de la mañana de un martes, en un salón de la Conserjería de nosequé en unos bajos de la Gran Vía. En cuanto al público asistente, sólo acudieron los dos “testigos” y una amiga invitada. Testigo 2, envidiosa de mi enlace ateo, decidió boicotearlo al traer una fotocopia totalmente negra que, como es evidente, no dejaba claro si el DNI fotocopiado era suyo o no. Pero sus tretas no sirvieron y, gracias a una copia que Amiga 3 llevaba en su monedero, pudimos contar con dos testigos como Gallardón manda.

Y esta es toda mi experiencia con los sacramentos. Como se puede ver, asumo mi catolicismo como un fenómeno más cultural que religioso. Lo hago sin excesos de fe, y a la vez sin complejos multiculturales.

5 Comments:

At 11:17 a. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya, vaya, parece que el amigo Arbusto hoy está faltón. Creo que, si vuelves a España, Jiménez Losantos no dudará en hacerte un hueco en su programa, visto tu arte para difamar.
Para que quede claro. La testiga era yo y no, no boicoteé la "boda" municipal de Arbusto y Copycat. Al contrario, me ofrecí a madrugar si hacía falta para dar fe de tan importante acontecimiento. Lo que pasa es que, la tarde anterior, caí en lo del DNI. Fui a la fotocopiadora del curro y, no entiendo por qué, ese día sólo hacía copias negras. Así que cogí la menos mala y, por si acaso, yo misma llamé a la amiga 3 para que viniera. De no haber venido ella se hubieran "casado" igual, lo único es que yo habría tenido que volver al registro aquel, regentado por una locaza, con otra copia del DNI.
Arbusto: es cierto que tu enlace fue un duro golpe para las hordas de féminas que te persiguen, pero de ahí a boictearlo... Por favor, los que estuvisteis ahí, dad vuestra versión.

 
At 12:50 p. m., Blogger Quic said...

Suscribo punto por punto la versión de Arbusto. Fue escandaloso.

Y que les casó uno de los protagonistas de "Priscila, Reina del Desierto", también.

 
At 4:28 p. m., Anonymous Anónimo said...

¡Cler, manifiéstate, por favor!

 
At 8:44 a. m., Blogger Haters said...

joder, mi comunión estuvo de puta madre. Me regalaron un Walkman Sony blanco y plateado con el que taladré mis oídos escuchando a Eazy-E, Public Enemy, Beastie Boys... y sí, también Vanilla Ice. Además, una maquinita de marcianitos bastante chula, y supongo que pasta.

 
At 7:24 p. m., Blogger arbusto el guerrero said...

Joder, qué envidia. Un Walkman blanco...

aunque recuerdo que me regalaron un balón Adidas que valía por los menos 4.000 pesetas de la época. Fue lo mejor, sin duda.

 

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