Antropología arbustiana (y I)
Ya os he contado mi accidentada estancia en Suiza (ver texto anterior). Después de una semana de reflexión, he pensado que lo mejor es aprovechar lo aprendido en aquel rocambolesco exilio para iniciar mis lecciones de antropología. Por eso, os quiero hablar de mi amiguete Böög. El tercer lunes de abril constituye un día muy especial para los habitantes de Zürich: es el día del Böög. Este juguetito, símbolo del invierno, es un muñeco de nieve cubierto de algodón y rellenado de fuegos artificiales - tres metros y medio de alto y casi 80 kilos de peso. Se le acerca una inocente mecha cuando cae la sexta campanada de la iglesia de San Pedro y... a disfrutar. El amigo empieza a arder y, dependiendo del tiempo que tarde la cabeza en explotar, se considera que el verano va a llegar más tarde o más temprano. En este 2005, conté 18 minutos desde mi furtiva madriguera. Según dicen, eso significa que aún faltan unas semanas para disfrutar del calorcito. Nunca falla, dicen los lugareños...
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